El tiempo pasa y en ocasiones  no somos realmente conscientes de lo rápido que pasan las agujas del reloj ni tampoco de la cantidad de experiencias y momentos, buenos y malos, que se viven segundo a segundo.
Hacemos planes, creamos expectativas, proponemos metas, marcamos propósitos... llenamos hojas de un calendario que notamos lejano pero prácticamente en un abrir y cerrar de ojos volvemos a la casilla de salida.

Marzo... un año sin actualizar este blog. Un año de cambios en mi vida.
No siempre es fácil acostumbrarse al cambio, a la nueva rutina y eso creó una sensación de decepción, de dejadez y tristeza en mí a la par que ansiedad porque yo, una persona que siempre había sido organizada y sabía cómo administrar su tiempo no encontraba la forma de hacerlo funcionar; en parte debido a  ese cúmulo de sensaciones, a la falta de motivación pero también al miedo por los nuevos retos, la desconfianza en mí misma para realizar un buen trabajo, la incertidumbre del logro y aferrarme a cosas sin solución.

Supongo que a veces pasamos por baches en los que parece que se nos juntan diferentes cosas y aunque todos sabemos la teoría de lo que hay que hacer, es difícil llevarla a la práctica sobretodo cuando eres tú misma la influencia negativa que se pone los obstáculos delante: "no lo lograré", "no seré capaz", "esto es demasiado para mí", "los demás pueden porque son mejores que yo"...
De la misma forma que es difícil conseguir tus propios objetivos si sólo piensas en lo que los demás esperan de ti o tomas decisiones pensando en ellos y en lo que les hará felices olvidándote de lo obvio: ES TU FELICIDAD.

Hay momentos en los que es necesario pararse y analizarlo todo desde fuera, desde otra perspectiva, dándole el tiempo justo para ver las cosas más claras, tomar decisiones y priorizar.
El trabajo es importante, los amigos son importantes, una pareja es importante, la familia es importante pero nuestra existencia no sólo se define por esos pilares. Contribuye a ello nuestro conocimiento, nuestras ganas de explorar y sobretodo las cosas que nos hacen sonreír, que nos hacen tener nuestros momentos para nosotros haciendo algo simple y llanamente por y para nuestro bienestar.

Pues bien, esa sensación de satisfacción, de realizar una actividad de disfrute que realmente me llenaba, me aportaba motivación, me ofrecía aprendizaje y la posibilidad de interactuar y conocer a personas que comparten los mismos gustos y aficiones era lo que este pequeño rincón virtual y propio me ofrecía y es una de las cosas que quiero recuperar.

Tras todas estas palabras, que tal vez para vosotras no tengan sentido pero que para mí tienen todo el sentido del mundo, quiero anunciaros mi intención de retomar el blog, de compartir mis ideas, mis intereses y mi personal perspectiva de ver el mundo. Y aunque sé que me tengo que poner al día en algunos aspectos e introducir algunos cambios que ya tengo en mente espero ponerlo en marcha en las próximas semanas pues la primavera ya está a la vuelta de la esquina e incita a  volver con aires renovados.